Por Maria Hernando

11 diciembre, 2017

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MANOLO 1934: PURA TRADICIÓN Y CALLOS EXQUISITOS

Manolo 1934 no decepciona: es pura tradición. No esperes un sitio cool, de esos que están de moda, porque en Manolo 1934 se respira tradición y platos con sabor. Un sitio sin pretensiones donde sus callos son de los mejores de Madrid

Manolo 1934 es ir a la cuna de la gastronomía tradicional donde los platos con sabor y de cuchara son su punto fuerte. Habíamos escuchado hablar muy bien del restaurante Manolo 1934 por sus callos y su cocido. Ahora os podemos confirmar que bordan los callos y que si el cocido está igual de bueno que este exquisito plato de casquería madrileña, bien merece una nueva visita y más ahora que se acerca el invierno.

Nada más entrar en Manolo 1934 se intuye que nos encontramos ante un restaurante familiar de cocina tradicional que ya va por la cuarta generación de cocineros. Un restaurante como los de antes donde el servicio rápido y atento, y el trato agradable de los camareros hace que te sientas como en casa. Su propietario, José Ramón Rodriguez, es pura atención y sonrisa, y se nota que sus clientes le quieren.

Su carta respira tradición y es un puente entre Madrid y Galicia, ciudades de origen de sus fundadores donde sus especialidades, a parte del cocido y los callos, típicos madrileños, destacan de la zona del norte el caldo gallego y el pulpo a feira. A nosotros nos recomendaros de entrantes unas Setas salteadas con jamón que estaban riquísimas así como los Huevos rotos con trufa fresca en los que mojamos como si no hubiera un mañana de los buenos que estaban. Los postres son todos caseros y nosotros nos decantamos por un Brownie que estaba rico, rico.

Huevos Trufados

Platos ricos, con sabor y poderío de los que disfrutas entre las paredes del comedor que están repletas de historia ya que en ellas hay colgadas fotos y mensajes de personajes ilustres que han pasado por Manolo 1934 y le que imprimen todavía más solera al espacio. Pablo Neruda, Luis Rosales, Antonio Gala, Álvaro Pombo, Álvaro Mutis o Mario Benedetti son sólo algunos ejemplos de las personalidades que han disfrutado en este restaurante y han estampado su rúbrica en alguna de sus paredes. Para los que no quieren una comida tan reposada en el “salón-comedor”, Manolo 1934 tiene una mítica zona de barra donde tomarse su cervecita y su tapa con algunas mesitas para picar de raciones.

Llegados a este punto quisiera detenerme en los Callos a la Madrileña que bien merecen una mención especial: riquísimos, melositos, tiernos, con un toque picante y no parar de mojar. Un plato que guarda un secreto familiar, ya que los hacen desde hace 80 años, con morro, pata y toallita, en unas proporciones que ellos sólo conocen y que limpian con esmero en abundante agua, vinagre y harina como nos contaron. Si nos desvelaron algunos de sus misterios como que pimentón que usan es el de La Vera, la morcillita asturiana y el choricito gallego. De diez.

Callos a la Madrileña Manolo 1934

Manolo 1934 y sus callos bien merecen una visita (o dos, o tres…) Nosotros ya estamos haciendo hueco en la agenda para ir a probar el cocido, ¿os apuntáis?

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