Por Mesade2

8 mayo, 2015

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RESTAURANTE MONCHOLI. JAMÓN Y CROQUETAS DE 11

Acaba de abrir sus puertas y Moncholi ya ha entrado en nuestro corazón. Se trata de un espacio moderno y acogedor ubicado en pleno barrio del Retiro (C/Ibiza, 52), un enclave de Madrid, ideal para pasear, y que empieza a ponerse de moda para tomarse los primeros vinitos del fin de semana. Un lugar que ofrece una cocina tradicional y de mercado donde la materia prima es lo más importante para sus dueños. Y es que Carlos (chef) y Juan (jefe de sala) pertenecen a familias dedicadas toda la vida a la hostelería y eso se nota en sus platos. Se conocen desde pequeños y Juan siempre tenía la costumbre de llamar a Carlos ‘Moncholito’, ‘Moncho’, ‘Moncholi’… y de ahí el local del nombre. Sabían que querían un local que reflejara ese espíritu, esa amistad que desde pequeños han disfrutado y damos fe de que lo han conseguido. Con su cocina, y con la decoración del local, han querido transmitir ese momento en el que se está con los amigos y sólo importa sentirse a gusto. Y es así como conocimos Moncholi, rodeados de buena gente, buena comida y buenos vinos. El local se divide en dos plantas con muchos espacios diferenciados donde poder estar y disfrutar del sitio y su comida a cualquier hora del día. La primera, más de tapeo, destaca por una barra vestida con unos precioso azulejos diseñados exclusivamente para el restaurante en tonos verdes, y una salita aledaña con mesas altas y taburetes La planta de abajo se divide en dos partes: una zona con sofás y sillas acolchadas, perfectas para tomarse el café o una copa tras la comida, e incluso darse el placer de leer un libro junto con una copa de vino. RESTAURANTE MONCHOLI

Y por otro lado se encuentra el gran salón, para comer sin prisas. La oferta gastronómica que ofrece Moncholi es muy variada: tapas frías y calientes, menú (22 euros) y carta variada. Y en todas las opciones hay algo que no podéis dejar de probar que es el jamón, ¡bendito jamón! , hacía tiempo que no nos relamíamos tanto con un plato de jamón. El corte es fino, la grasilla se deshace en la boca como si fuera mantequilla y el sabor es indescriptible. Nos dijeron que les suministraban Jamones Blázquez  y Cinco Jotas, apuestan a caballo ganador Guijuelo y Jabugo. También pudimos degustar la ensalada de escabechado de codorniz, buenísima y obligada de pedir. La codorniz la traen de Francia, con el sello Label Rouge que le otorga un nivel de calidad excepcional y que acredita que son animales que se crían al aire libre con una alimentación a base de cereales.RESTAURANTE MONCHOLI

También probamos el pisto, con un sabor parecido al que hacen las madres; las croquetas, cremosas y donde se notan los trocitos de jamón, y lo que nos sorprendió y gustó bastante, aunque hubo debate sobre el plato entre los comensales, fue el pulpo gratinado con queso fresco de cabra y cebolla caramelizada.

En definitiva, Moncholi es un sitio con el que aciertas a cualquier hora del día porque cuenta con espacios muy acogedores y porque ofrece una carta con productos de calidad, con una amplia carta de vinos, que harán las delicias de tus acompañantes. Y recordar, no olvidéis pedir su jamón, sus croquetas y su pulpo que son de 11.

Por sus baños le conoceréis… Los servicios de Moncholi se encuentran en la planta inferior del restaurante donde se encuentra también el gran salón y una zona de sillones, en tonos verdes y mobiliario de madera, destinada a tomar una copa o un café de media tarde. Lo que más nos llamó la atención es que los baños femeninos son para las “moncholas” y los masculinos para los “moncholos”. Tienen un estilo moderno, diferente al rústico de la salita aledaña, con paredes de azulejos blancos y la encimera de piedra negra. Entre sus detalles más llamativos cuenta con un secador de manos con sensor automático y unas cestitas muy cuquis, emulando las papeleras, por si hay que tirar papeles. Y atención, hay cambiador para bebés en el baño de chicas, un detalle que se echa en falta en muchos restaurantes. Como no podría ser de otra forma, el toque verde que predomina en el restaurante lo ponen unos tiestos de césped artificial color manzana ácida.

 

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