Por Mesade2

22 diciembre, 2016

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LA SOPA BOBA. LA SIERRA MADRILEÑA SABE A SAKE

La Sopa Boba es la casa de Fernando Limón, un enamorado de todo lo que tiene que ver con Asia y Latinoamérica, este último, de hecho, será su próximo destino para encontrar nuevas materias primas con las que reinventarse una vez más.

Cuando llegas al aparcamiento de La Sopa Boba no intuyes lo que te espera en este curioso local. La decoración es como el chef, diferente y peculiar. Se pueden diferenciar varias zonas dentro de la sala. A nosotros nos tocó disfrutar de la parte más divertida flanqueados por múltiples botellas de sake, una de las pasiones de Fernando, y una pared llena de imágenes del artista callejero británico Banksy. Otra de las paredes, que nos quedaba enfrente, se corona con una máscara de un payaso algo tétrico y no es porque fuera vísperas de Halloween sino que una camarera nos confirmó que se trata de un elemento decorativo que está durante todo el año.

La Sopa Boba

Después de repasar su interesante propuesta gastronómica apetecible en cada plato de la carta nos decidimos por probar algunas creaciones de la mano de los consejos del propio chef, muy presente en sala en todo momento.

Iniciamos este viaje gastronómico con un Foie de rape, yuzu, caviar de arenque y gelatina de soja y sake. Elaborado con filamentos de chili, cebolla crujiente, fresa y cereza liofilizada y sorbete de jengibre. El plato venía decorado con semillas de amapola. Bocado muy fresco con deliciosa gelatina de yuzu con un sabor de hígado de rape desconocido para nosotros, amantes del foie. En este primer plato se nota el gusto de Fernando por cocinar con Sake, arroz puro una vez cocinado.

Para maridar la comida nos decidimos a probar un Chardonnay de Sudafrica, Bouchard Finlayson 2014 de la zona de Overdberg. Un vino equilibrado con gran cuerpo en boca, perfecto para los platos que degustamos.

Continuamos con la Anguila Teriyaki con gelatina de mango, virutas de foie y kimchi de callos. Curiosa textura de los callos de cordero elaborados a baja temperatura. La anguila cubierta de arroz perla con una textura algo chiclosa aportada por la base del anguila, con una original mezcla de gelatina y foie. Se acompañaba el plato con un pan de gamba y semilla de amapola.

Chipirones laqueados a mi manera, no seducen en su presentación pero son pura seda en boca. A pesar de que el plato cuenta con el secreto del chef nos cuentan que la salsa la elabora con sake y vinagre de arroz. Plato apto para hacer barquitos.

Foie de rape, yuzu, caviar de arenque y gelatina de soja y sake

Foie de rape, yuzu, caviar de arenque y gelatina de soja y sake

Tataki de Canguro

Tataki de Canguro

Fieles a nuestra pasión por probar carnes no muy habituales optamos por degustar el Tataki de Canguro. Carne muy baja en grasa, carne de lomo, con una salsa hecha sake, soja con miri. El Miri es un vino de arroz que tuvimos oportunidad de probar parecido al sake pero dulce. El plato se corona con un liofilizado de fresas, jengibre y pasta de jengibre.

Y como broche de oro, en la Sopa Boba hay una espectacular carta de postres con 22 opciones a un precio fijo de 4,50 por unidad. Nos ofrecieron un Sake espumoso muy idóneo para saborear con postres. Tomamos la Maceta de chocolate que hay que regar por capas con la salsa de mango que la acompaña en su correspondiente regadera. La primera capa es conformada por arenilla y en el resto de capas van cambiando las texturas y sabores.

Pero para postre recomendable la Crema de torta del Casar con salsa de membrillo, trufa y vainilla. Es un postre apto para los amantes del sabor fuerte de algunos quesos. La combinación de la crema de queso con la vainilla y membrillo y un toque muy sutil de la trufa, sin pecar con el aceite de trufa que en tantos sitios insisten en usar, hacen de este postre un increíble bocado lleno de intensidad y buen gusto.

Sin duda, la visita a La Sopa Boba de Fernando Limón fue una experiencia gastronómica que recomendamos a todos nuestros seguidores y nosotros tenemos claro que volveremos porque comer con tanta calidad y buena cantidad a 35 euros / persona no suele ser muy habitual en los momentos de tanto boom gastronómico en nuestra comunidad. Por tanto chicos, solo nos genera una duda, ¿cuándo volveremos?.

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