Por Mesade2
13 julio, 2015
3 ComentariosEL COSMOPOLITA OTTO MADRID SE REINTERPRETA ESTE VERANO
El restaurante OTTO Madrid no necesita presentación: gente guapa, buena música, mejores platos y una terraza espectacular para este veranito. Es, sin duda, uno de los sitios de moda de la capital donde siempre apetece ir con los amigos a tomar algo, donde te sientes relajado y ya pueden pasar las horas que ni te enteras de lo a gustito que se está. Y así lo vivimos en primera persona. Ubicado en pleno Paseo de la Castellana, OTTO Madrid hace las delicias de los que deciden ir a probar su cocina de mercado cosmopolita, como fue nuestro caso, y de la que aseguramos repetir. Hemos conocido este restaurante en un momento en el que se está reinterpretando, además de por su nueva carta que tiene muchas sorpresas, ahora os contamos, porque los amantes de los buenos caldos están de enhorabuena ya que van a instalar una bodega de 900 botellas. Nosotros aprovechamos la nueva noticia que nos dieron para brindar con un excelente Marqués de Murrieta. Importante: no tendréis problemas si vais en coche porque tiene servicio de aparcacoches, ideal para no volverte loco buscando aparcamiento por la zona. Fuimos con una pareja de amigos que nos lo recomendaron. Nos estaban esperando tranquilamente con una cervecita en mano en la amplia barra que tienen a la entrada del local donde hacía una temperatura ideal para mitigar el infernal calor madrileño. Otras dos cervezas más para nosotros y a disfrutar. Y es que la barra de OTTO da lugar a que surjan las primeras confidencias y las primeras risas antes de pasar a cenar al restaurante. Una filosofía de vida que su dueño, Rosauro Varó, quiere transmitir en cada uno de los rincones de su restaurante. El local es elegante, en tonos dorados, con el suelo de madera combinada en tonos claros y oscuros, muy estiloso.
Los camareros, muy pendientes en todo momento, te hacen sentir como en casa. Creo que no nos hubieran movido de la barra de no ser porque ya se nos estaba echando la noche encima y la tripa nos empezaban a rugir. El comedor es curioso, tiene una zona en la entrada con una biblioteca beckeriana y en el interior cuenta con varios reservados, ideal para reuniones de trabajo o comidas más privadas. Uno de los privados tiene una cascada de agua lo que hace que te invada el relax, y la otra es más estilo executive con sillones de piel y con un proyector por si fuera necesario reproducir alguna presentación. Nos acomodaron en la biblioteca, frente a una preciosa cristalera, y nos atendió Gabriel, el jefe de sala, al que dejamos que nos recomendara porque la nueva carta daban ganas de comérsela entera. Lo único es que han retirado las croquetas de las que habíamos oído maravillas, asique tras mirar a Gabriel con ojos casi llorosos, nos confesó que seguro que las volvían a incluir puesto que es cierto el éxito que las precede. Para abrir boca nos trajeron de aperitivo un Jamón extremeño que nos hizo salivar a todos y un chupito de Gazpacho de fresa y frambuesa muy fresquito. Y de entrantes, lo consiguieron, nos sorprendieron y mira que es difícil porque no paramos…
Y no lo decimos por el Tartar de Salmón con aguacate y huevas de pez volador, que estuvo muy correcto y fresquito quizás un poquito duro el aguacate que venía acompañándolo, sino por la mezcla de Setas Japonesas shiitake y shimeji al horno con ajo y kimchi nomoto que nos dejaron boquiabiertos por su intenso sabor y su textura y lo mejor de todo los Boquerones crujientes con yuzu y hoja shiso. Por favor, si vais a OTTO Madrid, es obligado al menos pedir este último plato porque es algo nuevo, algo sorprendente. Su sabor te traslada al suave y sabroso boquerón del sur pero con aires japoneses… en serio, espectacular. De segundo, cada uno pedimos un principal y allí fue cuando descubrimos el plato estrella de la noche: el Huevo de Oca frito con papada de cerdo ibérico ahumada y patatas al curry.
Sí, efectivamente, delicioso, al pobre amigo que se lo pidió casi le dejamos sin él… Eso sí, fue el único autorizado para hacer barquitos, y es que merecía la pena hacerlos porque daba pena dejar la yema del huevo desparramada por el plato. Un sobresaliente. Los demás pedimos Tartar de Atún rojo con alga wakame, muy rico con el aguacate en puré, el Lomo de Merluza sobre pencas de acelga y jugo de judías verdes, la tajada muy fresca, tanto que se casi se deshacía al cogerlo, un plato muy ligero y acertado para el verano y con su salsita aparte en una jarrita para que te la sirvas al gusto, y también Filetes de Solomillo a la parrilla con ajo y perejil, que fue el plato que pasó más desapercibido debido a que no acertaron con el punto adecuado.
Para ponerle el broche final a este restaurante que tanto nos estaba gustando, un súper postre de esos que dejan huella, el Ginos, una receta original del restaurante Purobeach Marbella que se basa en una mezcla de frutas, chocolate blanco gratinado y helado de vainilla. Y también una Tabla de Quesos mediterráneos que estaban muy buenos y que tenía estas variedades: Arzúa-Ulloa, Grazalema, Rulo de Madrid, Caleggio di Bérgamo y Erborinato di pécora. Un sitio imprescindibles en Madrid, un lugar de referencia para pasar una noche a gusto, disfrutando y riendo y además comiendo bien. Nosotros volveremos y recomendaremos porque nos quedamos con ganas de más.
Por sus baños le conoceréis… Si quieres conocer los baños de OTTO Madrid, pincha aquí.
Restaurante Otto
- 917 810 928
- Pº de la Castellana, 8. Madrid
- www.ottomadrid.com
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