Por Mesade2

24 noviembre, 2014

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YAKITORO. PARRILLAS CON AROMAS JAPONESES

Bajando la calle Reina, en el madrileño barrio de Chueca, y tras pasar por unos cuantos restaurantes japoneses y el propio mercado cuyo nombre se lo da la calle, encontramos el nuevo proyecto de Alberto Chicote restaurante del cual es propietario junto a su socio Eduardo Castillo del que surgió la idea a la vuelta de un viaje a Japón, Yakitoro. El nombre es un guiño a la mezcla, a la fusión que quieren hacer de lo japonés con lo español que podemos encontrar en su carta.  De ahí sale su nombre de las famosas brochetas japonesas de pollo, Yakitoro, nombre que también da a las tabernas japonesas donde podemos comer estas.

En la carta de Yakitoro podemos encontrar diversos platos, en un concepto de tasca de pinchos que disfrutaremos por 20-25€ por persona, bebida incluida. Porque Yakitoro nos ofrece esa experiencia, un gran numero y variados bocados donde encontraremos ingredientes de tierra, agua, granja, finca, sus recomendables yakibocatas y por supuestos un buen final dulce que nos sorprenderá con sabores nuevos y otros con reminiscencia a nuestra infancia.

Atún rojo y pack choy lacado

Atún rojo y pack choy lacado

Ya es la tercera vez que comemos en Yakitoro y como ya habéis podido leer en algún otro post de este blog, siempre buscamos una buena experiencia y que el chef que da nombre y popularidad al local esté ahí para saludarnos o simplemente verle trabajar en su cocina. Entendemos que con los múltiples compromisos que ahora tiene el chef Chicote, es complicado pero nos hubiera gustado en alguna de estas tres ocasiones saludar a Alberto. Por cierto recomendamos reservar con tiempo o un truco si surge el plan en el momento y probáis a ir sin reserva, acudir entre las 20:30-21:00 y si no sois muchos os pueden colocar en la barra junto a los ventanales, a nosotros nos pasó una vez.

En cuanto entras a Yakitoro, después de atravesar por una curiosa terraza que en época estival puede ser una buena opción para comer o beber algo, te encuentras con la cocina. Nos gusta mucho y cada vez se extiende más que las cocinas sean espacios abiertos que los comensales puedan ver cómo se preparan los alimentos.

Albóndigas de cerdo y de pollo picantes

Albóndigas de cerdo y de pollo picantes

Yakitoro es un espacio diáfano donde destaca otra zona de cocina, justo en el medio nos encontramos con la zona de las 3 parrillas donde realizan las brochetas.  Es todo un espectáculo y los cocineros de este espacio, como los camareros de sala,  son muy agradables.  Una de las cosas que más llama la atención son las mesas. Mesas de madera a juego con las sillas, que tienen un espacio central con hielo picado para conservar frías  las bebidas  y tenerlas a disposición del comensal sin tener que pedirlas al camarero, muy buena idea pero con un pequeño fallo que deberían haber tenido en cuenta. Debido a la condensación del agua hay un ligero goteo que al final crea un pequeño charquito que puede llegar a ser molesto e incluso mojar el calzado de los comensales. Dentro de esa cubitera gigante tienen un gran variedad de cervezas que el comensal puede elegir. Nosotros hemos probado rusas, alemanas, japonesas, españolas y seguro que encontrareis más.  Los camareros van vestidos con un mono verde, toque curioso para los seguidores de la serie “Lost” que tendrán algún “flashback” al verlos.

 

Nos decantamos por probar un poco de todo.  Comenzamos por una ensalada de espinacas  y queso manchego. Para nuestro gusto muy bueno en boca pero la hierbabuena esconde el sabor del resto de los ingredientes, sobra.  De la tierra optamos por las Setas Shitakes frescas. Atención a las virutas de de bonito seco ahumado, tienen vida propia. También probamos las patatas asadas con salsa brava y los dados de berenjena en tempura con una gran salsa de miso rojo  y pimentón. Estos dos últimos platos acierto seguro.

Las originales cubiteras

Las originales cubiteras

Continuamos con el  mar, con el Atún Rojo lacado. De lo mejor que probamos, os lo recomendamos sin duda. Y un plato obligado, para los amantes del sabor picante, es la brocheta de albóndigas picantes  de pollo lacadas. Os invito a que vayáis y no dejéis de probarlas. En cuanto a los acompañamientos destacamos el arroz blanco aliñado con sabores de oriente. Es toda una sorpresa ya que al comerlo es como si estuvieras comiendo un autentico maki japonés. Intenso en sabor y  arroz en su perfecto punto. Otro plato de obligada cata. Y para terminar con un buen sabor los postres. Si optáis por el Marshmallow os llevará a algún recuerdo de infancia sin duda. Os dejamos que descubráis el resto.

El servicio de los camareros es mejorable. Si pides acompañamientos, así figuran en su carta, como su propio nombre indica es para acompañar al resto de plato que pides. Nos ha pasado las tres veces que hemos ido. En la última, pedimos 3 entrantes y nos pusieron uno al principio, y otro en medio antes de las carnes, otro al final cuando ya nos habíamos comido todo (incluso pensábamos que se habían olvidado) Esto la verdad que desluce mucho en mesa.

Helado de vainilla, aceite de oliva y jengibre.

Helado de vainilla, aceite de oliva y jengibre.

Un restaurante moderno, nuevo y que cuida mucho los detalles debería cuidar ciertas cosas de base. Lo vivimos en primera persona y así también lo comprobamos con otras mesas, la cuenta es algo lenta en venir. Deberían marcar mejor  los tempos de las mesas para que la gente no se lleve esa sensación justo al final de la experiencia lo cual puede agriar una buena comida o cena.

Por sus baños le conoceréis….Acorde a un restaurante moderno su baño va en consonancia. En tonos verdes y grises, nos encontramos con una zona común para lavarnos las manos y mirar lo guapos que vamos antes de volver a nuestra mesa. Cuidado con el sistema de agua del lavabo, hay un botón en el suelo que de primeras puedes quedarte con cara de “cómo va esto”. Perfecto en limpieza con toallitas de un uso con un material que hace que con una sea suficiente. También podemos apreciar una gran cristalera dentro del baño donde podemos ver un pequeño  jardín que hace el sitio más agradable aun.

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